sábado, 3 de diciembre de 2011

LA PROFECÍA


Me lo contaron ayer,
las lenguas de doble filo,
que te casaste hace un mes
y me quedé tan tranquilo…

¡Que si al pie de los altares
mi nombre se te borró,
por la gloria de mi madre
que no te guardo rencor!

¡Porque sin ser tu marido
ni tu novio
ni tu amante,
soy el que más te ha querido,
con eso tengo bastante!

Mas como es rico tu dueño,
te vendo esta profecía:
Tú cada noche en tus sueños
soñarás que me querías,
y recordarás la tarde que tu boca me besó.
Y te llamarás “cobarde”, como te lo llamo yo.

Pensarás: no es cierto nada,
y sé que lo estoy soñando;
pero allá en la madrugada
te despertarás llorando,
por el que no es tu marido
ni tu novio
ni tu amante,
sino el que más te ha querido,
¡con eso tengo bastante!
Rafael de León.





miércoles, 23 de noviembre de 2011

AUTOESTIMA Y AMOR ROMÁNTICO


Si un individuo pierde a la persona que ama por la aparición de alguien más, ¿no sufrirá un duro golpe la autoestima?
Si bien el individuo seguramente experimentará dolor, en realidad no es razonable adjudicar a otra persona el poder absoluto sobre nuestra valoración personal. Dolor y autoestima dañada no son sinónimos. No todo el dolor proviene de un autoconcepto disminuido. El dolor inducido por un autoconcepto dañado constituye un tipo muy particular.
Cuanto más inseguro somos, existen más probabilidades de que transformemos cada desilusión, revés o fracaso en la obtención de nuestros objetivos, en prueba de nuestra incompetencia, ineptitud e indignidad. Pero se trata de un problema corregible, no intrínseco.
Una persona de buena autoestima que pierde a un ser querido por la aparición de otra persona puede reaccionar de varias maneras: cuestionándose objetivamente la propiedad de la elección inicial, examinando los errores que pudieron haber precipitado el rechazo y la pérdida determinando lo que se puede aprender de la experiencia y decidiendo no permitir que el dolor se transforme en amargura y en incapacidad de abrirse al amor en el futuro.
Puede sobrevenir un período posterior de doloroso autoexamen. ¿Habré fracasado en lo que se refiere a percibir mis virtudes y defectos con espíritu realista? Desde el punto de vista romántico, ¿tendré responsabilidades de las que no soy consciente? ¿Habrá cosas que tengo que aprender? ¿O simplemente sucede que las necesidades románticas de la persona que amo encuentran mayor satisfacción en un individuo que es diferente de mí, diferente en aspectos que no se reflejan en el valor de ninguno de los dos?
Pero decidir que si no soy amado por determinada persona quedo despojado de valor no implica tanto sufrir de una pérdida de autoestima como descubrir que mi autoestima es inferior a lo que pensaba.

LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN

La razón de la sinrazón es la lógica de todo aquello que aparentemente carece de razón y por lo tanto puede ser considerada también como una verdadera razón, esto explica a su vez la razón por la cual es posible sostener sin faltar a la razón: “Me has destrozado el corazón” o “La odio con todo el alma”

QUERER CAMBIAR EL MUNDO

Cuando era muy joven tenía el firme propósito de querer cambiar el mundo, pero me di cuenta que esto era imposible, ya maduro, decidí cambiar sólo mi país pero me di cuenta que esto también era imposible, pasaron los años y ahora mi objetivo era quizás un poco real y decidí cambiar a mi familia y me di con la tristeza realidad de que esto era también imposible, ahora que estoy en mi lecho de muerte me di cuenta que primero debí cambiar yo y luego con mi ejemplo cambiaría mi familia y por consiguiente la sociedad y posteriormente mi país.


AMOR: NO SENTIMIENTO, NO INTELIGENCIA SINO VOLUNTAD DEL SER HUMANO

El amor, en esencia, es "el acto de voluntad que busca el bien del ser amado", muchas veces en contra de nuestros sentidos y de nuestra inteligencia. Por ejemplo, el acto de perdonar, tal vez en contra de nuestro orgullo lastimado y en la convicción de que yo tengo la razón, me atrevo a perdonar al que me ofendió, como un auténtico acto de amor.
Amor es aprender a dar lo mejor de nosotros mismos a los seres que amamos, buscando genuinamente su bien.
El amor limitado es posesivo, quiere conservar para sí todo lo que ama; en cambio, el amor ilimitado se basta a sí mismo; no le importa si el otro comprende o no su amor. Al que ama auténticamente le basta con amar, sin importar su respuesta

TÁCTICA Y ESTRATEGIA

Mi táctica es
mirarte
aprender como eres
quererte como eres.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
pero quedarme en ti.

Mi táctica es
ser franco
y saber que eres franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin por fin me necesites. 
Mario Benedetti 

SEMPITERNA LUZ DE MI VIDA

Ha decidido mi ultrajado corazón remitirte estas líneas que están saturadas de dolorosa cuita y de llantos silentes que sólo conocen mis ojos.
La vida no es un apacible lago donde el alma nada a su libre albedrío sino el voluminoso océano cuyos escarceos hacen naufragar al más seguro de los barcos; que sus olas no son bailarinas marinas sino las ingentes circunstancias que nos flagelan con el látigo de la realidad. Pero… antes de mi renuncia, debo confesar con la sinceridad de un moribundo que, desde la gayola donde estoy, jamás he dejado de pensar en ti, y que, en mi quimérica realidad cada vez que podía acariciarte, mi ser se letificaba, en especial, cuando evocaba tus besos tan sublimes como el almíbar de las deidades paganas.
Es menester que endilgues tu vida por la rúa que mejor te convenga; necesitas avivar esa flama que solía vislumbrar cuando mis dedos surcaban tu tersa mejilla. Sería sandio y ególatra pretender coactar tu voluntad a la palabra empeñada. El amor es hierático y tienes el derecho a encontrarlo en quien te pueda brindar miríficos instantes de felicidad.
No quiero ser lastre culpable de tu infortunio. Escucha mi letanía y sal de la escurana de tu compasión por mí y camina a la cima de tu alegría. No creas que tienes alguna dita sentimental; tu alejamiento no podrá enervarme; estoy acostumbrado a los venablos de la desilusión que una herida más ya no puede causar dolor.
Cuando finalmente el tiempo me haya convertido en una turbia mancha en tus recuerdos aún seguirás siendo numen de mi diestra mano que, a pesar de todo, seguirá escribiendo epístolas para quien ya nunca más volverá a tocar.
Si por los misteriosos dédalos que tiene el sino nos encontráramos alguna vez y de emoción vieras caer lágrimas de mis ojos, piensa simplemente que son dos nuevos ríos creados por la naturaleza; y, si vieras en mí algún conato de volver al pasado y para entonces tienes dueño, lánzame cual rayo fugaz una mirada peyorativa …  yo sabré comprender.
¿Sabes? Me resulta berenjenal decir la última palabra, la culpa es de esta mano tozuda que no desea escribirla porque está ahíta de tus recuerdos, cuando viajaba por la tersura de tu piel y cual cazador furtivo ingresaba en la frondosidad de tu azabache cabellera.

Uhmm! Ha cruzado raudo el lejano canto de tu melodiosa voz. ¡Ay, no obstante debo finiquitar! Que maravilloso es evocar el calor de tu cuerpo… ¡Ay, que feral! Es mi realidad. Que munífico es el recuerdo de tus besos, mas que autócrata es la vida. Mi corazón agoniza ante la idea de perderte.
Eres imagen que nunca olvidaré. El tiempo mitigará mis penas; será “paliativo” pero jamás podrá sanar una herida de amor … A … diós.
P.D. Me siento boyante de haberte conocido y, desde esta prisión, el recuerdo del fulgor de tus ojos serán alicientes en mis momentos más tristes.
Carlos Andrés Jóvic.